Háblese sin manchas...
El 23 de abril ha sido elegido como Día del Idioma castellano en honor de Miguel de Cervantes y Saavedra, fallecido ese día. También es el Día Internacional del Libro
El uso del idioma es una cuestión que despierta gran preocupación en gran parte de la población y es bueno que así sea. Pero no basta con preocuparnos: la lengua que hablamos es expresión de nuestra nacionalidad y, como tal, se hace necesario defenderla y cuidarla, y no solo cuando se acerca una fecha como esta del 23 de abril.
Dos cubanos insignes, a los que ha tocado vivir momentos muy diferentes de nuestra historia y que, sin embargo, tienen acerca del fenómeno idiomático una visión muy cercana, han expresado sus criterios acerca del tema: nos referimos a la Doctora en Ciencias Filológicas Nuria Gregori Torada, directora del Instituto de Literatura y Lingüística, vicedirectora de la Academia Cubana de la Lengua (ACL) y miembro de la Real Academia Española (RAE) y a José Martí, el Apóstol de la independencia de Cuba, cuya ilimitada cultura le permitió no solo ser modelo exquisito en el buen uso del idioma, sino, a la vez, comentarista de tan delicado y espinoso tema.
Nuria Gregori, en una entrevista concedida a una joven estudiante de Comunicación Social que publicara recientemente Juventud Rebelde, analizaba que ese problema va "más allá de cómo hablan los pueblos" y añadía que "la lengua no es solo gramática, es comunicación, identidad, conducta" y que cuando alguien "se expresa de una manera chabacana o vulgar", eso no es más que "la expresión de su conducta social a través del lenguaje". En Cuba, como en cada uno de los países hispanohablantes —no debemos olvidar que el español cuenta con más de 450 millones de hablantes y está entre las cinco lenguas más empleadas en el mundo—, hay quienes se expresan bien y quienes lo hacen mal o muy mal. Pero además hay que tener en cuenta el contexto: no se habla de igual forma en una conferencia o ceremonia, que en un medio familiar e informal. "Hay personas que saben hablar bien el idioma, poseen una conciencia lingüística y tienen dominio de la lengua, pero (...) no se expresan igual en todos los lugares".
Por su parte, en un interesante artículo referido a este problema y titulado El castellano en América, publicado por José Martí, este afirma con su bello y pulido lenguaje: "Cada asunto requiere su estilo, y todos, concisión y música, que son las dos hermosuras del lenguaje. En lo ligero, por ejemplo, está bien el donaire, que huelga en la historia, donde cada sentencia ha de ser breve y definitiva como un juicio: El orador que marcará a los bribones con su palabra candente como se marca a las bestias, en la tribuna política, moderará la voz en una reunión de damas, y les hablará como si les echase a los pies flores. (...) Acicalarse en exceso es malo, pero vestir con elegancia, no. El lenguaje ha de ir como el cuerpo, esbelto y libre; pero no se le ha de poner encima palabra que no le pertenezca, como no se pone sombrero de copa una flor (...) ni al traje limpio y bien cortado se le echa de propósito una mancha.
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Fuente: EXCLUSIVO,
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