El español nuestro de cada día

Los cubanos hablamos como hablamos, y ni mil Academias de la Lengua podrán imponernos sus caprichos con vocablos que de ser asimilados cambiarían nuestra forma de decir y de ser

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En una conferencia titulada "El español frente a los embates de la globalización" que escuché durante una Feria del Libro de La Habana, un profesor boliviano exhortaba a defender las lenguas indígenas frente a una globalización que es tan vieja como la conquista y colonización de nuestras tierras.

Nosotros, los cubanos, no tenemos lengua indígena que defender, pues nuestros aborígenes fueron casi exterminados en un genocidio bárbaro, pero sí tenemos nuestra idiosincrasia e identidad nacional, una de cuyas manifestaciones más significativas es, precisamente, nuestra variante del español.

El cubano –alegre y jaranero, pícaro y simpático, imaginativo y vivaz– se muestra de cuerpo entero en su forma de hablar, reflejo inequívoco de esta idiosincrasia. Nuestra variante del español podrá ser popular, como reflejo de nuestra real y verdadera democracia, y algunas veces hasta vulgar, lo que en dependencia del contexto de que se trate podrá ser aceptable o no; pero es siempre pintoresca… De ahí los ocurrentes piropos, la fraseología callejera, el reflejo de nuestro sistema sociopolítico en la lengua, que de esa manera contribuimos a enriquecer.

Hace unos días cayó en mis manos una publicación del patio; tenía un diseño atractivo, interesantes temas y la firma de reconocidos periodistas. Sin embargo, al pasar de un trabajo a otro, pude observar la reiteración de la palabra vídeo. Era, sin dudas, un criterio de edición, pues se repetía de manera constante en diferentes artículos. Después encontré ese mismo vocablo, igualmente tildado, en otra revista, más antigua y prestigiosa.

¿Por qué vídeo y no video? Y pensé también ¿por qué fútbol y no futbol, béisbol y no beisbol, chófer y no chofer? ¿Acaso pronunciaremos también cóctel? ¿O deberíamos decir coche y no carro o auto? ¿Y también desertización o setiembre? En fin, ¿debemos hacernos eco del hablar madrileño y olvidar nuestra propia variante del español?

Al decir de Nuria Gregori Torada, directora del Instituto de Lengua y Literatura, [...] el "mejor" español madrileño se habla en Madrid, mientras que el "mejor" español habanero se habla en La Habana [...]

La Real Academia Española se apresta a aceptar en el léxico oficial los americanismos surgidos en las diferentes variantes habladas por los pueblos latinoamericanos, lo que implica una aceptación más plena de nuestras identidades nacionales y de nuestra contribución al enriquecimiento de la lengua común.

Seamos nosotros también conscientes de ello y hablemos, sin temores ni complejos, nuestro español.

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Fuente: EXCLUSIVO, 18/08/06
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